Propaga Descartes a Kant un excéntrico mal de amores

Presentan "Victims of love propaganda" en Teatro Diana

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Descartes a Kant

Desquiciantes, irracionales, inconformes, esperanzadores y llenos de angustia son los pensamientos que transitan por la mente de alguien que entra a un proceso amoroso, cuyo inicio está inmerso en el anhelo y el final es una ruptura llena de dolor y tal vez rencor.

Cuando se ama y desama, uno vive al interior de una cámara de gases durante una guerra mundial sobreviviendo de los pocos momentos rosas; así lo transmite visual y sonoramente Descartes a Kant con Victims of love propaganda, su tercera producción discográfica, que el pasado viernes 28 de abril fue presentada en el Teatro Diana.

Canciones americanas de la década de 1940 sonaron antes del show; tal vez lo que The Chordettes y Descartes a Kant tienen en común es que ambas agrupaciones son de voces femeninas, aunque una trata lo rosa del amor y la otra, lo más real y crudo posible.

Cerca de las 21 horas una proyección comenzó, la voz de una mujer explicaba un angustiante sentir; se trataba de una obra cinematográfica que describía a manera de diario cómo se vivió una relación ambientada en los años 40. Este audiovisual acompañó la noche y catalogó en capítulos los bloques de las canciones interpretadas: «Enchantment», «Desenchantment» y «The spectacle», así es como básicamente se divide una relación.

En el escenario aparecieron Andro, Memo, Jorge, Cristy, Dafne y Sandra; entre humo y bajo un letrero rosa de neón con el nombre del disco iniciaron las tenebrosas melodías.

Con distintos cambios de ropa y personificando la llamada autopsia emocional del amor, demostraron que el horror punk, el rock e incluso la balada pop son el distintivo de su reciente producción.

La estridencia sigue siendo su constante sonora, las canciones cambian de melodía abruptamente –tal como las emociones–; esta producción lleva al terreno musical las alteraciones mentales producidas por la ansiedad que se vive tras el anhelo, hastío y apego; no es más que una representación musical –e incluso teatral– de lo que se aloja en la mente de alguien enamorado que sufre y se defrauda tras idealizar a la pareja.

Cada una de las 10 canciones interpretadas va de la mano de un malestar exacerbado: ausencias que implotan, sentimiento de soledad, no ser correspondido por la persona amada, deseos y plenitudes que no duran tanto, entre otras.

«Somos humanos y llega un punto en el que nos enmascaramos para evitar el dolor»; con esta idea se vuelve metafórico el uso de máscaras de humo por parte de los integrantes.

Los sonidos a veces son oscuros y otras veces rosas. Las canciones incluso tratan de ser críticas ante situaciones humanas que fracasan por el afán de querer que sean perfectas sólo porque sí, como el matrimonio.

«Mother I’m in trouble, my marriage is a mess, my marriage is a mess, my marriage is a mess. He wants to control me, I want to control him. He needs to control me, I need to control him».Letra de la canción «Until the day we die».

La banda también interpretó «Perfect day» de Lou Reed; Dafne fue la encargada de ejecutar la voz principal, y con ello se aportó al conjunto de historias en torno a la descripción del proceso amoroso.

El espectáculo que trascendió por combinar distintas artes (música, teatro y cine) dio vida escénica a «You assfucked my heart», «Motion picture dream boy», «Sérotonine», «Lovely lips», «Aprictor dreams», «All monsters are human», entre otros temas.

La interpretación del disco concluyó con una escena de crimen; alguien salió más que herido: cintas para evitar el paso e integrantes vestidos de trajes forenses con cubrebocas hicieron sonar «Crime scense», una canción que enmarca el daño mútuo, aquello que ya no tiene vuelta atrás. Sonidos de sirenas distorsionadas y de pulso cardiaco crearon una atmósfera tensa; un faro de luz roja indicaba peligro.

Luego sonó «The science of break-up», último track del disco con el que se concluye una tormentosa historia emocional.

«Es inexplicable describir lo que siento en este momento, saben que fueron meses de trabajo arduo, sólo quería que ya llegara este momento», dijo Sandra al final de la presentación, que con una voz modificada y junto a Dafne, agradeció a los asistentes y a sus familiares por estar presentes.

No olvidan los clásicos

Al finalizar la presentación de todos los temas de Victims of love propaganda, la agrupación se despidió, aunque segundos después regresó para interpretar algunos temas de sus anteriores discos.

Tocaron del primer álbum, Paper dolls, «Dolce», «My sweetest headache walts» y un tergiversado pero enriquecido «Hello Tarantino» con el que parte de los asistentes subieron a bailar rockabilly. Del Il visore lunatique interpretaron «La bella indifférence» y con la que cerraron y armaron una fiesta con el público en las primeras filas, «Buy all my dreams».

El arte

El trabajo musical se potencia con el concepto visual que Descartes a Kant propone durante este disco. En esta ocasión la banda colaboró con artistas como Gamaliel de Santiago, quien dirigió el videoclip de «Motion picture dream boy», primer sencillo del disco; Mauro Babún, quien realizó el arte y fotografías que remite a un entorno bélico y antiguo como el de la Segunda Guerra Mundial; así como de Roxy Spiders, protagonista en los visuales del disco y las presentaciones.

Conoce cómo fue el proceso de producción de Victims of love propaganda.

Descartes a Kant está conformado por Sandra «Sandruska Petrova» (Voz, guitarras, programación), Dafne Carballo (voz, guitarra y violín), Ana Cristina Mo (Guitarra, voz y sintetizador), Memo Ibarra (Bajo, sintetizador, voz y programación), Andro Muñoz (piano, y sintetizador) y Jorge Chávez (Batería, percusiones y samplers).

Fotografías de Noé Blanco para Kä Volta

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FuenteKä Volta
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Iván Serrano Jauregui
Periodista cultural. Reportero, locutor, editor, productor multimedia. Licenciado en Periodismo, por la Universidad de Guadalajara, y egresado de Ingeniería en Sistemas Computacionales, por la Universidad Autónoma de Guadalajara. Aficionado de la cultura popular.