Las voces del teatro de Jalisco

Durante diez jueves se presentará el Ciclo de Lecturas Teatralizadas de distintas obras de dramaturgia escritas por jaliscienses, y llevadas a escena por nuevos directores en el Teatro Vivian Blumenthal

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Historias sobre el desencanto amoroso, la aceptación y respeto de la diversidad humana, la separación de la familia e incluso la reflexión sobre la violencia que se vive en la ciudad, son algunos de los temas que el teatro contemporáneo en Jalisco da a conocer desde las entrañas de la escena alternativa.

La radiografía de este movimiento tiene dos formas de ser apreciada: la primera es por medio de Dramaturgia jalisciense contemporánea, una antología impresa que reúne once obras de creadores de la entidad; y, la segunda, con lecturas teatralizadas que actualmente las ponen en escena cada jueves por la noche en el Teatro Vivian Blumenthal.

El director Fausto Ramírez, junto a Cultura UDG y la revista Paso de gato, dio a conocer en febrero de este año esta recopilación que busca dar empuje a trabajos prolíficos que se han gestado y exhibido en el underground.

“Es una antología muy equilibrada y reveladora de la diversidad de voces e intereses que tienen los jóvenes sobre los temas que atañen a su entorno y que se suman a las corrientes dramatúrgicas que ocurren en otras partes del país”, explica Ramírez.

Son historias muy distintas entre sí, que van dirigidas a diferentes públicos y cada una se desarrolla de varias maneras, ya sea siguiendo la estructura clásica, de fragmentación teatral, el monólogo, etcétera.

“En Jalisco se tomaban los textos de otras partes y se desarrollaban estructuras escénicas con un nivel bastante aceptable, pero no generábamos nuestros propios textos, utilizábamos historias prestadas. Estas ya son nuestras propias historias”, destaca Ramírez.

Estos trabajos consolidan el desarrollo de un movimiento en Jalisco que demuestra tener una voz propia, y que, según Ramírez, se dio a partir de diversos cambios sociales que impulsaron el tipo de temas que tratan, puesto que hasta hace veinte años no se tocaban en Jalisco.

El director escénico señala que la generación entre los treinta y cuarenta años de edad ha tenido presencia en la industria nacional y que este movimiento se volverá sólido si se siguen integrando generaciones nuevas.

Dar vida en escena
Estas obras no podían quedarse sólo en texto, tenían que volverse a llevar al escenario porque, como dice Ramírez, en ellas son mostradas historias con valioso mensaje y que nacieron en esta tierra.

Por eso, además de tratarse de obras de nuevos talentos, fueron convocados diez jóvenes creadores —cinco mujeres y cinco hombres— con poca experiencia en dirección y con menos de treinta de edad, para que estos textos dramatúrgicos fueran trabajados e interpretados en el Ciclo de Lecturas Teatralizadas.

Las lecturas teatralizadas son hipótesis de puestas en escena, no son igual a un montaje teatral; y aunque en ambos formatos hay actores, es importante que los directores tengan una sólida concepción de cómo se debe realizar la obra.

¿Pero cómo combinar algo tan íntimo como la lectura con algo tan expuesto como la teatralidad? Ese fue el reto que estos directores enfrentaron durante una serie de talleres teatrales, en los que recibieron asesoría de profesionales como Viridiana Gómez Durán, Circe Rangel, Gerardo Rodríguez Guerko y Luis Manuel Aguilar “Mosco”.

“Hemos recibido asesoría por medio de unas jornadas de dirección, realizadas cada jueves durante un mes, en las que directores y actores con más experiencia nos han compartido herramientas, técnicas, clase y ejercicios para desarrollarnos. A la par hubo acercamiento con los autores para conocer las concepciones de cada una de las obras”, dijo Maetzin Vázquez, directora de la obra Ella 2.0.

Los jóvenes directores aseguran que el proceso fue enriquecedor y que una vez que les fue asignada una obra —tras haber tenido que leer todo el compendio de las once dramaturgias— se han dedicado a encontrar actores profesionales y vestuaristas; cada uno es el responsable de llevar a la puesta su respectivo texto.

“El teatro es una oda al trabajo en equipo, porque al final las ideas con las que comenzaste van a evolucionar mucho más de lo que se trae en mente”, dice Daniela Casillas, directora de Los hombres lobos viven en mi closet.

El grupo de diez directores es heterogéneo en personalidades. Previo al inicio de esta temporada en el Teatro Blumenthal aseguraron que por las necesidades de cada historia y los intereses propios cada lectura teatralizada será diferente en la cuestión estética, incluso los actores, vestuarios y utilería serán exclusivos de cada obra, ya que la consigna era que se diera voz con la personalidad creativa de cada joven.

También se busca que esto haga que más realizadores presenten obras en forma de lecturas teatralizadas y así revolucionar los modelos de producción.

Esta peculiar forma de hacer teatro puede generar una expectativa interesante, dicen los jóvenes directores, por lo que invitan al público a que se dé la oportunidad de conocer la voz del teatro jalisciense.

“En realidad las lecturas teatralizadas tienen el punto crucial de ser entre lectura de atril y el montaje, de verdad que va a ser una lectura que quizá no hayan visto y que las vuelve muy interesantes”, comparte Renato Polo, quien llevará a escena El grito.

Fausto Ramírez tiene la esperanza de que este ejercicio motive a que más jóvenes se animen a generar dramaturgia y así consolidar este interesante momento por el que pasa el teatro de Jalisco.

Nuestras historias
No se desarrollan necesariamente en nuestra entidad pero sí fueron creadas en estas tierras. Entre las obras dramatúrgicas que se presentarán en el Ciclo de Lecturas Teatralizadas está Niobe (Alejandro León), obra inspirada en un mito griego y en el suceso ocurrido en noviembre de 2011 a un costado de los Arcos del Milenio en Guadalajara, cuando fueron descubiertos los cuerpos sin vida de varias personas; con ésta se hace una reflexión de la inseguridad que se vive en la ciudad.

Por otra parte, el tema del desencanto amoroso es tratado en las obras Fast food (Ana Gabriela Sánchez) y De cómo Romeo extinguió a Julieta y viceversa (Viridiana Gómez y César Sevilla).

Las marcas de papá (Juan Jo Rubio) y Viaje de tres (Luis Manuel Aguilar “El Mosco”) son obras que tratan sobre la migración y la búsqueda de alguien, tal vez un miembro de la familia.

Venimos a ver a nuestros amigos ganar (David Jiménez Sánchez) habla de cómo la cuestión de los pequeños detalles de la ética son los que hacen la revolución personal de un individuo.

El grito (Ramiro Daniel) es un monólogo de una mujer sobre la propensión del ser humano a la violencia y la posibilidad de escaparse de ésta. Es una representación que ve este tema por medio de analogías que vinculan alimentos con nacionalidades.

Los hombres lobos viven en mi closet (Oz Jiménez) cuenta una historia para toda la familia de un niño que asegura que la ausencia de su hermano mayor se debe a que los hombres lobos lo raptaron y lo llevaron al mundo del closet. En esta aventura se encuentra con personajes como un minotauro sin cuernos, un vampiro que no toma sangre y una bruja que no gusta de viajar en escoba. El pequeño se dará cuenta de que en el mundo existe una diversidad que aprende a respetar.

Para fechas y horarios de las obras, consulte la agenda en la página 10 de este suplemento.

Fotografía: Archivo UdeG

FuenteLa Gaceta de la UdeG
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Iván Serrano Jauregui
Periodista cultural. Reportero, locutor, editor, productor multimedia. Licenciado en Periodismo, por la Universidad de Guadalajara, y egresado de Ingeniería en Sistemas Computacionales, por la Universidad Autónoma de Guadalajara. Aficionado de la cultura popular.