Las cruces clavadas en las carreteras cumplen dos funciones: recordar a las personas que ahí fallecieron y advertir, a quienes pasan por ahí, que su vida puede correr peligro.
Estas vialidades, que conectan a la Zona Metropolitana de Guadalajara con las regiones de Jalisco, suelen presentar deficiencias urbanísticas en los entornos periféricos de la metrópoli, por donde las personas que van a pie o en bicicleta son susceptibles de padecer un accidente.
Uno de estos puntos es el cruce de las carreteras a Chapala y la que conecta a Santa Rosa con La Barca; esto lo reconoce la maestra Ana Esther Rentería Mejía, profesora del Departamento de Proyectos Urbanísticos del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD) de la UdeG.
En esta zona, perteneciente al Municipio de Ixtlahuacán de los Membrillos, convergen un paso elevado y una curva por donde los autos circulan a alta velocidad; además, hay una parada oficial de autobuses foráneos y las personas ahí piden aventón.
“Es una situación bastante seria porque estamos perdiendo la escala humana, se piensa más en función de vialidades y nos olvidamos de quienes no usan un vehículo motorizado. Este crucero está totalmente desproporcionado, desde la zona del Álamo hasta Santa Rosa no hay una banqueta decente. Esta zona es de transferencia, ahí llega mucha gente que toma rutas de camiones y las condiciones son infrahumanas”, externó la académica.
Sonia es una asidua peatón del entronque, ella se la juega cuando cruza la carretera, reconoce, pues a diario tiene que pasar por ahí para llegar a su casa y trabajo.
“Ojalá hubiera un semáforo o paso peatonal más cercano, ya que el puente que está a la altura del restaurante Los Burritos de Moyahua queda retirado y es poco común que ahí se paren los camiones, ya que la parada oficial está aquí, sobre la curva”, manifestó.
Accesibilidad peatonal, un parador de autobuses digno, buen alumbrado público y un paso peatonal horizontal son los servicios que hacen falta en el entronque, pues ante la carencia de dicho mejoramiento urbano, el camellón es la barrera que transeúntes y ciclistas cruzan para llegar a su destino.
A decir de las autoridades de los distintos órdenes de gobierno, éstas sí han intervenido la zona, pero sólo para mejorar los caminos de los automóviles sin considerar la infraestructura que dé seguridad a los peatones.
En junio de 2017 fueron colocadas barreras de contención de tres crestas en la curva del entronque, aunque no se han implementado reductores de velocidad. De igual forma, en enero fue inaugurado el macrolibramiento sur de Guadalajara (que pasa a 800 metros del entronque), y el 22 de marzo se inició con el reencarpetamiento de la carretera a Chapala, 16 kilómetros al sur, desde este entronque hacia Chapala. Para esta última obra se han destinado 80 millones de pesos por parte de las secretarías de Infraestructura y Obra Pública (SIOP) ,y de Comunicaciones y Transportes (SCT).
“Hay mucha saliva y letras escritas, pero a la hora de la acción no se ve nada. No hay una conciencia democrática de movilidad. Estos cruces deberían de tener pasos peatonales a nivel de piso, reductores de velocidad, topes e incluso deprimir el paso de los vehículos. Hay horas en que el tráfico de las personas es muy alto y tendría que considerarse esto para el diseño de la vialidad”, dijo Rentería Mejía al advertir sobre la falta de voluntad política para mejorar las condiciones del crucero.
Las más peligrosas
En el entronque de Santa Rosa se conectan dos de las carreteras más peligrosas de Jalisco. Según el Anuario estadístico de accidentes en carreteras federales, publicado por el Instituto Mexicano del Transporte, entre 2010 y 2016 la carretera Santa Rosa-La Barca sumó 548 colisiones, mientras que la carretera Guadalajara-Chapala acumuló 300 en el tramo de Periférico Sur a Santa Rosa.
Durante esos años, derivado de dichos accidentes, en Santa Rosa-La Barca hubo 670 lesionados y 112 muertos; y en Guadalajara-Santa Rosa, 215 lesionados y 35 fallecidos.
El historial de daños en ambas vialidades involucra el entronque de Santa Rosa, donde apenas el pasado 18 de abril un vehículo rojo que transitaba sobre el puente, en dirección Chapala-Guadalajara, salió disparado y cayó volteado sobre el carril que viene de Atequiza,
a tan sólo unos metros de donde se reúne la gente a esperar el autobús.
Académicos del CUAAD han insistido en que las autoridades hagan diagnósticos urbanísticos en las zonas que conectan a Guadalajara con las regiones de Jalisco, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de quienes ahí habitan y se mueven.
A T E N T A M E N T E
«Piensa y Trabaja»
Guadalajara, Jalisco, 7 de mayo de 2018
Texto y fotografía: Iván Serrano Jauregui
