Innovación aérea para el campo

Investigadores y estudiantes del posgrado en Ciencias, del CUCiénega, crean drones que permiten fertilizar cultivos y fumigar espacios inaccesibles para otras tecnologías

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Actualmente los drones son utilizados para captar imágenes aéreas con fines documentales, de seguridad y entretenimiento; sin embargo, esta tecnología se puede explotar en otras áreas, como la agricultura o la salud pública. Esa es la meta de alumnos y docentes de la maestría en Ciencias y el doctorado en Ciencias, del Centro Universitario de la Ciénega (CUCiénega), quienes han creado drones cuya particularidad es la de esparcir fertilizantes en cultivos y fumigar en zonas inaccesibles para otras tecnologías.

La coordinadora de la maestría en Ciencias del CUCiénega, María Eugenia Sánchez Morales, explicó que esta inquietud nació hace tres años, cuando buscaban estudiar el control y automatización de vuelos de drones por medio de la electrónica y la programación.

Sin embargo, fue hace más de un año cuando comenzaron a diseñar e implementar estos artefactos aéreos con la finalidad de contribuir a la mejora de productos del campo en la región Ciénega, en este caso a partir de la distribución de granos fertilizantes en terrenos agrícolas.

“En este caso son drones totalmente armados aquí en CUCiénega. Se compran por partes, se arman y los programan los estudiantes de posgrado para hacerlos más estables. Una vez que logramos la estabilidad, nos preocupamos de cómo poderlos aplicar en la región”.

El coordinador del doctorado en Ciencias del CUCiénega, Cuauhtémoc Acosta Lúa, expresó que primeramente establecen el objetivo del dron y después hacen los cálculos matemáticos para considerar la masa de las hélices, motores, batería y las cantidades de sustancia que serán cargadas. Una vez obtenidos los cálculos, diseñan y crean piezas de polímero por medio de una impresora 3D, lo que ahorra tiempo y costos.

Gerardo de Jesús Díaz, estudiante de la maestría en Ciencias con orientación en Ciencias Exactas e Ingenierías en el área de automatización, realiza la tesis “Diseño, simulación y aplicación de un control aplicado a un cuadricóptero”, con la que busca mejorar los drones comerciales mediante cálculos matemáticos e implementación electrónica y digital.

“Esta tecnología tiene demasiadas aplicaciones y se puede explotar de tal manera que también pudiera tener un impacto en el área de construcción, seguridad, en el social, la agricultura. Algunos de los retos que hemos encontrado es que estos sistemas son muy rápidos y hay que tener algo de cuidado con ellos, porque debemos tener mucha precisión a la hora de hacer los cálculos”.

Para la realización de este proyecto, De Jesús Díaz realizó una estancia académica en la Università dell’Aquila, en Italia, donde perfeccionó conocimientos para el desarrollo del dron; ahora busca que el aparato pueda realizar maniobras agresivas y evasivas en casos de emergencia.

Actualmente estos drones soportan de cinco a ocho kilogramos, vuelan hasta 50 metros y lo hacen en un lapso de tres a cinco minutos óptimos. De Jesús Díaz explicó que actualmente los equipos comerciales vuelan a lo mucho 15 minutos, por lo que la autonomía que han logrado con el peso extra lo considera un éxito.

En el proyecto participan también Claudia Carolina Vaca García, profesora de los posgrados, y Joel Hinojosa Dávalos, quien es estudiante del doctorado en Ciencias con orientación en Ciencias Biológicas y Agropecuarias.

El apoyo que él realiza en la creación de estos drones es en el aspecto biológico y de inocuidad de los alimentos.

“Mi compañero y profesores manejan la parte de automatización de drones. En este caso yo hago el soporte de ver si las soluciones que se piensan asperjar son las adecuadas, con la concentración adecuada, así como otros problemas relacionados a la salud pública. Ahí es donde entramos”.

Aseveró que la ventaja de que el dron esparza los granos fertilizantes es que las plantaciones no se ven afectadas con las máquinas, además de que se evita el trabajo a mano, que suele repercutir en intoxicaciones, porque la piel tiene contacto con la sustancia.

Solicitan apoyo para fumigación

Uno de los principales problemas de Oco-tlán es la proliferación de zancudos, ya que en el Río Zula abunda el lirio, lo que crea un entorno propicio para la reproducción de este insecto transmisor de enfermedades como el dengue, zika y chikungunya.

Por tal motivo el gobierno municipal buscó formalmente a los universitarios del CUCiénega para que ayudaran a combatir el problema mediante su innovación tecnológica aérea en zonas inaccesibles para fumigar por parte de las brigadas ocotlenses.

“Nos solicitaron, hace más o menos un mes, el apoyo para ver si podríamos lograr la fumigación con drones. Ya teníamos avanzada la fertilización en el campo y ahora estamos muy enfocados para hacer las pruebas y lograr fumigar sobre el río. Así veremos si esto tiene un impacto importante en la eliminación del mosco”, dijo María Eugenia Sánchez Morales.

Será en próximos días cuando los drones del CUCiénega sobrevuelen la ribera del río Zula, en la cabecera municipal de Ocotlán, para asperjar el líquido fumigante en los puntos que lo requieran.

Sánchez Morales dice que este tipo de proyectos implican un reto para los estudiantes de posgrado, pues no sólo se trata de manejar un dron, sino que deben realizar los cálculos para medir los pesos extra que cargan, así como el grano de fertilización y, en este caso, el líquido insecticida.

Fotografía: Abraham Aréchiga

FuenteLa Gaceta de la UdeG
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Iván Serrano Jauregui
Periodista cultural. Reportero, locutor, editor, productor multimedia. Licenciado en Periodismo, por la Universidad de Guadalajara, y egresado de Ingeniería en Sistemas Computacionales, por la Universidad Autónoma de Guadalajara. Aficionado de la cultura popular.