«El pozo de los mil demonios», viaje en búsqueda de lo perdido

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¿Qué de lo que olvidamos, perdimos, vale la pena recuperar, a tal grado de que tengamos que realizan un viaje por los confines de lo desconocido?

De esto trata El pozo de los mil demonios, obra teatral de títeres creada por la compañía tapatía Luna Morena, que aborda la historia de Jacinta, una niña que busca recuperar el agua de la vida.

El mensaje de la puesta en escena es sobre la recuperación de la identidad cultural, la memoria histórica e incluso familiar. Y esto se logra mediante un grupo interdisciplinario que da vida a 15 marionetas de gran tamaño.

Será el sábado 8 y domingo 9 de febrero cuando este espectáculo se presente en Sala 2 del Conjunto Santander de Artes Escénicas (Los boletos ya están a la venta en taquillas o puedes comprarlos en línea, en este enlace).

Por ello, en Gaceta UdeG charlamos con el director de la obra y también codirector general de Luna Morena, Miguel Ángel Gutiérrez, sobre la expectativa de la próxima presentación, misma que será la número 15.

¿Con este número de presentaciones ya conocen el teje y maneje de las puestas en escena?

Las obras de teatro tienen varios momentos: su concepción, su producción y cuando sale al público, que es cuando toma vida; y entonces va evolucionando y encontramos cosas nuevas: la dinámica, el ritmo, la profundidad de los personajes, pero aún no sabemos cuál es el teje y maneje, y espero que no lo lleguemos a saber nunca, porque eso nos mantiene activos siempre.

El Pozo de los mil demonios nos habla sobre recuperar algo que hemos perdido…

Sí, justamente, esta obra tiene algunos aspectos autobiográficos de la autora, Maribel Carrasco, quien creció en la zona de Catemaco, Veracruz, donde habitan los brujos. Ella tuvo una nana indígena, por lo que está influenciada por la cosmovisión antigua. Es una obra que tiene la estructura de lo que los antropólogos llaman «el viaje del héroe», ése que todos emprendemos para evolucionar, cambiar, aprender. Jacinta es una niña que pierde algo vital y se sumerge aun universo fantástico interior, para rescatar justamente eso y seguir viviendo. El texto de esta obra ya cumplió 30 años y fue adaptado para que fuera pensado en personajes que son títeres.

Miguel Ángel Gutiérrez, codirector de Luna Morena
Miguel Ángel Gutiérrez, director del «Pozo de los mil demonios», comparte que esta obra entrañable puede asombrar a niños y adultos por igual. Fotografía: Gustavo Alfonzo

¿Cómo es que los títeres logran alcanzar el mensaje a los espectadores?

El mundo de los títeres es noble y generoso, guarda una esencia y lo vincula a lo mágico. La gente tiene una conexión directa con el títere que lo sorprende: con su infancia, el inconsciente del miedo, de todo este mundo misterioso cercano a lo sagrado. El origen del títere tuvo que ver con las imágenes sagradas, en todas las culturas del mundo éste estuvo cerca de las religiones, después se hizo mundano, después se salió, se desacralizó y forma parte de los espectacular. Uno de los objetivos es que las familias se lleven algo, los chicos se van a divertir con la historia de estos universos mágicos y los más grandes pueden enfocarse en la simbología que maneja.

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Iván Serrano Jauregui
Periodista cultural. Reportero, locutor, editor, productor multimedia. Licenciado en Periodismo, por la Universidad de Guadalajara, y egresado de Ingeniería en Sistemas Computacionales, por la Universidad Autónoma de Guadalajara. Aficionado de la cultura popular.