Una fiesta donde la música, la moda y la cultura del tatuaje encontraron un nicho, logrando así que los amigos, los contactos de negocio, los seguidores de la agrupaciones que se presentaron y los tattoo lovers se encontraran, para pasar una noche muy completa culturalmente hablando.
Se realizó una presentación en vivo donde dos de las tatuadoras estrellas demostraron trabajo a cientos de personas, mientras las luces y la música acompañaba a una casual pasarela, donde los y las modelos portaban una serie de ropa y accesorios que se puede adquirir en la tienda Soul Flower, empresa madre del proyecto Girls Workink.
Una vez terminada la pasarela y habiendo demostrado a los presentes lo que las chicas Workink saben hacer sobre la piel; salió a escena la banda tapatía Descartes a Kant.
Una banda suigeneris con 10 años de trayectoria y donde su propuesta no se limita a la composición y a la interpretación de melodías, sino a todo un espectáculo interpretativo.
Como si fueras a un circo fusionado con cine, teatro y concierto a la vez, Descartes a Kant se llevó la noche con el espectáculo que se desprende de su más nuevo álbum “Il Visore Lunatique”.
Entre introducciones cinematográficas, voces distorsionadas, los integrantes caballeros con atuendos que les hacían lucir gallardos y las chicas integrantes con atuendos sensuales, la banda inició con un amplio repertorio donde se hizo notar la creciente admiración por parte del público nacional mexicano a estos tapatíos.
Canciones incluidas en el más reciente material, así como en el disco debut “Paper Dolls” se interpretaron con algo más que coquetería actoral.
Temas como “The Robbery”, “Buy all my dreams” y “Hello Tarantino” son una joya interpretativa donde los atuendos, los globos, brillos, serpentinas, proyección de visuales y participación del público son vitales para su cometido. Y fue así como los presentes que han seguido la trayectoria de los tapatíos, así como los que a penas los estaban conociendo, fueron encantados por las inesperadas historias que se contaban en cada canción sobre aquel escenario.
Claro entre todo esto no faltaba el continuo agradecimiento por parte de la banda en las voces, más frecuentemente escuchadas, de Sandra y Dafne era constante, sobre todo por la situación de estar tocando en Guadalajara que es su casa.