La telemedicina, el uso de whatsapp para consultas y la generación de archivos médicos electrónicos, son algunos de los avances utilizados. Sin embargo, existen casos en que sus implementaciones han generado un alto costo ético y financiero, que merma la calidad, ya sea por la reducción de efectividad diagnóstica o porque encarece los servicios.
“En el informe de la OMS de 2010, se calcula que entre 20 y 40 por ciento del gasto de salud no está bien invertido; es un waste”, señaló Eijkemans, quien abundó sobre que suele invertirse en tecnologías no necesarias.
Refirió que un sistema de salud universal es equitativo y debería estar al alcance de todos, incluso, sin que exista una barrera financiera que impida su acceso. Por eso, si la tecnología encarece el servicio, entonces no está bien implementada.
Uno de los efectos del mal uso de los avances en la materia es el abuso de medicamentos, que en la actualidad ya ha derivado en problemas.
“El antibiótico está salvando miles de vidas, pero al mismo tiempo hay un uso irracional de éste, con graves consecuencias para la persona y la sociedad. Existen lugares en Europa donde ya se presentan súper bacterias de tuberculosis resistentes a los antibióticos”.
Eijkemans asegura que, a pesar de ello, la tecnología puede ayudarnos con los primeros niveles de atención, siempre y cuando exista la infraestructura, los recursos humanos cualificados y se respete la seguridad del paciente.
Ante este panorama, expresó que es importante no usar las innovaciones de manera poco racional y que se tiene que reconocer, tanto por parte de los médicos como de los pacientes, que el ser humano no es inmortal.
Señaló que la aplicación de principios bioéticos es la clave para la salud universal; éstos consisten en entender que los valores de los pacientes son primordiales, que las tecnologías deben usarse en el mejor interés del enfermo, no buscar hacer daño y ser justos y equitativos, para que todos tengan acceso a los servicios, además de fortalecer los sistemas de salud.
Aseveró que la cobertura médica en el continente continúa siendo limitada, entre otros factores, por la falta de estrategias intersectoriales enfocadas en la prevención y tratamiento de enfermedades.
“Cerca de 30 por ciento de la población de la región de las Américas no puede tener acceso a las atenciones sanitarias, debido a razones financieras, y 21 por ciento se ve disuadido de buscar atención por causa de barreras geográficas”.
En el caso de México, la representante de la OPS aseguró que sí es factible realizar una cobertura total, pues se tienen oportunidades de fortalecimiento en el primer nivel de atención; incluso desde la perspectiva económica es necesario implementarla, “pues una nación en la que abundan personas enfermas no va a ser muy eficiente”.
En la ponencia, el director del Hospital Civil “Fray Antonio Alcalde”, doctor Benjamín Becerra Rodríguez, dijo que Eijkemans “es una mujer que ha trabajado en organismos internacionales brindando cooperación técnica en más de 70 países”, en temas como salud ambiental, trabajo infantil, salud de los trabajadores, género y desarrollo sostenible.
A T E N T A M E N T E
«Piensa y Trabaja»
Guadalajara, Jal., 25 de febrero 2017
Texto: Iván Serrano Jauregui
Fotografía: Adriana González