¿Para qué viajar a Puerto Vallarta en autobús si alguien más puede llevarme hasta allá por menos dinero? Esa fue la idea que se le ocurrió a Juan José López Hernández, estudiante del Centro Universitario de la Ciénega, cuando decidió vacacionar unos días a la costa de Jalisco. Le bastó entrar a la tienda de aplicaciones de su celular y bajar Bla Bla Car. Pocos minutos tardó en encontrar a alguien que viajara a ese destino turístico, con quien se contactó y puso de acuerdo para partir de un punto en Guadalajara. “Esta app es la evolución de pedir ride”, dice el joven.
Aunque se ha popularizado el uso de estas aplicaciones que han revolucionado la forma tradicional de adquirir un servicio específico, las regulaciones son lentas frente a su implementación y han generado controversias en algunos sectores. Un ejemplo es la app Airbnb. A partir de una petición de la Asociación de Hoteles de Jalisco, la Comisión de Turismo del Congreso local presentará una iniciativa para que la aplicación, al igual que el resto de los hoteles en Jalisco, pague el Impuesto Sobre el Hospedaje de 3 por ciento, el cual se deriva a fideicomisos de turismo con los que promocionan al estado.
El diputado Juan Carlos Anguiano, quien encabeza dicha comisión, explicó que las condiciones no son equitativas y que los hoteleros aseguran que la app ha reducido la afluencia de huéspedes. Esperan que en menos de un mes presenten la iniciativa.
“Dentro de los modelos de negocios de estas plataformas se busca generar valor y utilidades como empresa. Lo que ha sucedido es que se genera poca competencia. Entonces, si los gobiernos no tienen regulaciones y no están preparados (para las nuevas tecnologías), pues tratan de explotar al máximo lo que puedan de la app”, explica el director del Centro de Innovación en Ciudades Inteligentes, del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), Víctor Manuel Larios Rosillo.
Llegaron para quedarse
En el país existen cerca de 70 millones de usuarios de internet, de los cuales 52 por ciento está conectado a la red las 24 horas, y 90 por ciento lo hace por medio de teléfonos inteligentes. Este último dato aumentó 12 por ciento con respecto a 2016, según el Estudio sobre los Hábitos de los Usuarios de Internet en México 2017, realizado por la asociación de Internet.mx.
Esta tendencia explica por qué ha incrementado el uso de estas apps, afirma Larios Rosillo, ya que la abundancia de los teléfonos inteligentes ha propiciado la aceptación del modelo de negocios de estas empresas.
“Llegaron para quedarse. Estos desarrolladores vieron dónde estaba el problema de un servicio específico y se dieron cuenta de que desde una plataforma digital podrían volverse más eficientes. Así fue como encontraron un nicho de mercado”.
La innovación y el cambio en las formas para obtener un servicio generan un fenómeno disruptivo que transforma los métodos tradicionales, asegura el investigador del CUCEA, quien refiere que estas apps también permiten democratizar el acceso a la tecnología, ya que pretenden que haya una ganancia para todos los involucrados.
“Tú te mueves en tu carro y le haces el paro a alguien más de hacer un viaje no tan caro, y así se ayudan mutuamente: es un ganar-ganar”, cuenta Juan José López, quien da en el punto clave de este tipo de aplicaciones: la economía colaborativa, pues se busca que gane el dueño del medio que presta el servicio, la empresa detrás de la plataforma y el usuario.
Necesaria una regulación
Un conductor de Uber, al que llamaremos Rafael, decidió sacar provecho de su automóvil mediante la oferta de viajes en Bla Bla Car. Durante todos los días de semana santa y algunos fines de semana previos a esta fecha realizó más de 20 viajes redondos de Guadalajara a Puerto Vallarta y viceversa por un precio promedio de 250 pesos por cada asiento disponible, contraviniendo lo que establece el sitio web de Bla Bla Car: “…los pasajeros sólo contribuyen a los gastos de gasolina y casetas, los conductores no generan ninguna ganancia”.
Larios Rosillo comparte que es importante que existan regulaciones para que siempre haya un beneficio para la sociedad, ya que su empleo puede generar lagunas legales y polémicas.
Lo anterior fue evidente con la imagen que circuló en redes sociales de un conductor de UberEats que hacía uso de una bicicleta del programa MiBici, lo que propició el debate sobre si el empleo de estos vehículos para brindar el servicio de entrega de comida era válido o significaba una violación del punto 3 del reglamento de MiBici, que establece que “la bicicleta no debe tener un uso lucrativo ni tampoco la debes subarrendar”. Al respecto, el Instituto de Movilidad no Motorizada aún no fija postura.
La directora de Sociedad de la información y del conocimiento, de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología del Estado de Jalisco, Cristina Yoshida Fernández, señala que al año han apoyado en el desarrollo de cerca de 10 aplicaciones, creadas por emprendedores que se han acercado a esta instancia del gobierno estatal.
Durante el proceso de formación de empresas, a los desarrolladores y startups se les enseña que al momento de implementar sus proyectos deben conocer la legislación existente.
“El emprendedor necesita saber en qué momento no hay regulación o se necesitan hacer cambios, y así trabajar de la mano con las personas que lo puedan apoyar en eso. Si no hay diálogo entre los emprendedores y el cuerpo legislativo es muy difícil tener avances”.
La funcionaria agrega que no es sencillo prever las tecnologías que se están incorporando al mercado, y que “no necesariamente la regulación que tenemos está adecuada para todos estos nuevos movimientos”.
Un futuro sin hombres
“Las empresas que no usen tecnología, poco a poco serán menos eficientes y competitivas. Entonces van a quedarse atrás y desaparecerán”, sentencia Víctor Manuel Larios a quienes han permanecido omisos a la llamada transformación digital 4.0, aquella con base en el desarrollo de la inteligencia artificial y que permitirá que muchos oficios humanos sean reemplazados por robots inteligentes.
“Uber ya tiene en su modelo que sus automóviles no tengan chofer, que sean vehículos que se manejen solos; esto en un futuro de cinco a diez años, lo que generará otro cambio.
“Es importante que el gobierno esté a la vanguardia para ir previendo escenarios que se vayan presentando y no vaya a romper valores éticos”.
UdeGo, Uber universitario
Estudiantes y docentes del Laboratorio de Móviles, del Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías (CUCEI Mobile), desarrollan UdeGo, una herramienta digital que permitirá a estudiantes de la Universidad de Guadalajara conectarse para compartir gratuitamente el automóvil durante el trayecto a los distintos planteles de la Red Universitaria.
“Los usuarios, que son estudiantes activos, se identifican con la base de datos del SIIAU. Si alguien vive cerca de Belenes y va al CUCEI, y desea ofrecer el servicio, establecerá una ruta y puntos donde podrá recoger a otros usuarios interesados en tomar ese viaje”, comparte el encargado de CUCEI Mobile, Mario Jiménez Rodríguez.
CUCEI Mobile tiene cuatro años. Desarrolla cerca de 10 apps al año. Las más populares son las de la Orquesta Filarmónica de Jalisco, C7 Jalisco, Campus CUCEI y otras que se pueden descargar en las tiendas de Google Play y Apple.
UdeGo será exclusiva para estudiantes de la Universidad de Guadalajara: tanto para quien ofrece el viaje y es dueño del automóvil, como para quien lo busca. Formará parte de la app Ventanilla, con la que los estudiantes podrán hacer trámites de servicios escolares que usualmente piden en Control Escolar de cada centro universitario. Ventanilla es un proyecto gestionado por la Coordinación General de Tecnologías de la Información (CGTI), como una funcionalidad adicional al SIIAU.
El administrador de proyectos en la CGTI,, David Ríos Cervantes, explicó que UdeGo facilita la colaboración de estudiantes para llegar a los distintos planteles. Esperan que su integración a Ventanilla sea en las próximas semanas, para que la utilice la comunidad estudiantil a partir del ciclo 2017-B.
Fotografías: Yanette Jiménez, Adriana González