La cantidad de agua que llena 72 veces al Estadio Azteca (72 millones de metros cuadrados) es la que capta al año la sierra Cóndiro-Canales, un conjunto de montañas con una superficie de 10 mil 700 hectáreas, ubicado a 20 kilómetros al noreste del Lago de Chapala, justo donde colindan tres municipios de la región Ciénega de Jalisco: Ocotlán, La Barca y Atotonilco el Alto.
Esta zona tiene una influencia hidrológica de 40 mil hectáreas, que beneficia a 16 mil personas distribuidas en 17 comunidades rurales, señala el director del Instituto Corazón de la Tierra, Alejandro Juárez Aguilar, organismo que ha realizado estudios en el sitio.
Desde hace más de una década diversas instituciones han trabajado para que estas montañas, que se caracterizan por tener bosques de encino en la parte alta y bosques tropicales caducifolios en la media y baja, puedan ser declaradas como Área Natural Pprotegida (ANP) por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet).
Uno de los organismos que ha impulsado este proyecto es la Asociación Intermunicipal para la Protección al Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable (Aipromades), cuyo consejo de administración lo conforman el Instituto Corazón de la Tierra, los gobiernos de los distintos municipios de la región Ciénega, la Semadet y la Universidad de Guadalajara.
El titular de Aipromades, Gabriel Vázquez Sánchez, comenta que los estudios de factibilidad constataron la riqueza biológica y la recarga de mantos acuíferos, así como de pozos y presas. Además, con un recurso de un millón de pesos por parte de la Semadet, la asociación ha realizado trabajos de conservación en la zona.
Durante la última década han buscado vincular a los habitantes en el cuidado y protección de la sierra, así como de los compromisos jurídicos que implica la declaratoria.
“Nuestra idea era ver la percepción de las comunidades frente al proyecto. Afortunadamente tenemos una recepción muy buena. No hemos encontrado oposición. Les estamos proponiendo proyectos productivos”.
Una vez establecido el proyecto de la declaratoria, lo pondrán a consulta pública durante 90 días, para que la comunidad haga sus observaciones; si no hay objeción, en octubre o noviembre publicarán el decreto.
Amenaza latente
La sierra Cóndiro-Canales posee especies sobrevivientes de árboles que antes eran abundantes en la Ciénega, como encinos y ocotes. Vázquez Sánchez explica que el entorno está amenazado por la extracción de tierra y leña.
“El gran problema en esta sierra es que la tierra de monte se extrae y se vende para jardinería, así como la leña que se vende para la gente que procesa alimentos. Entonces (una vez que se haga la declaratoria) habría que hacer una especie de comité de inspección y vigilancia”.
Por ello pretenden que quienes realizan estas prácticas lleguen a formar parte del proyecto ecoturístico y visitación de la naturaleza —considerado como parte de la declaratoria—, que buscará ser redituable para los habitantes que prestarán servicios.
En cuanto a la diversidad de fauna, dice que “no hay mucha investigación al respecto, aunque se conoce que habitan mamíferos, como linces y zorras, y hay gran diversidad de aves”.
Proyectan un cinturón verde
Vázquez Sánchez menciona que la intención es que todo el cinturón verde que rodea a Chapala sea decretado área protegida. El área de Cerro Viejo-Chupinaya-Los Sabinos (entre Ixtlahuacán de los Membrillos, Chapala y Jocotepec), ya es área protegida con carácter estatal, y pretenden que sea decretada también la serranía de San Miguel-Chiquihuitillo (entre Chapala y la localidad de Cuitzeo, en Poncitlán), la Sierra de los Ocotes (Ocotlán y Zapotlán del Rey), el Cerro Gomeño (en Jamay) y el Cerro de García (en Tuxcueca).
La representante del Rector General de la UdeG ante la Aipromades y responsable del Programa Universidad Sustentable, Carla Aceves Ávila, señala que la Universidad se ha mostrado a favor de los acuerdos generados por este organismo interinstitucional para proteger las zonas que rodean al lago.
Destaca que cuando son indispensables los estudios técnicos en estos sitios, llaman a investigadores del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA) o del Centro Universitario de la Ciénega (CUCiénega) para que acudan al sitio.
Fotografía: Cortesía