Margo, mujer, memoria, viajera, imaginación, chispa, maestra, escritora, madre, plantas, libros, la elegancia en cada prenda, silencios, complicidades, la generosidad de las recomendaciones sutiles, anfitriona, ella es una maravilla y yo la amo.
Decenas de palabras fueron las que el escritor Jorge F. Hernández enunció para describir y para demostrar su admiración por su querida amiga Margo Glantz. «Puedo decir que compañera, porque te leo y escucho tu voz», reiteró.
A lo que la escritora mexicana, ante tantas muestras de afecto, dijo: «¡Jorge es un miserable! Pero bueno, voy a aceptar que me diga lo que quiera».
Así fue como una carcajada colectiva alivianó el ambiente durante el encuentro «Mil jóvenes con Margo Glantz», que se realizó este miércoles 4 de diciembre, en el Audiotorio Juan Rulfo de Expo Guadalajara, como parte de la 33ª Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL).
«Él dice que me ama mucho, pero no le creo, porque cada vez que voy a Madrid y le escribo: ‘Jorge, te quiero ver’, él me dice ‘sí, vente a comer’, pero no me dice en dónde ni cuándo», expresó ella.
Esta fue la antesala de una charla en la que con mucha picardía ambos escritores abordaron las historias, anhelos, recuerdos y retos que Glantz ha emprendido en su carrera, con el fin de que más jóvenes se adentren a la literatura de esta mexicana.
Ahí, la autora de Las geneaologías se confesó gran amante de Twitter, una plataforma en la que ha encontrado otro espacio para dar a conocer sus ideas y donde ya se ha convertido una tuitstar en @Margo_Glantz.
«Me divierte mucho el Twitter, inicié hace ocho años. Me di cuenta que podía ser muy útil, porque fue un espacio que permitió que en los países árabes hubiera una rebelión, que provocó cosas muy interesantes. Me impactó que 140 caracteres (como era en aquel entonces) pudiera lograrse un movimiento tan importante», compartió.
No hay atajos, sentencia mi cel: esa herida absurda que es la vida
— Margo Glantz (@Margo_Glantz) December 4, 2019
«Al principio le tenía desconfianza», pero dijo que lo que la atrapó fue que se podía pensar 140 caracteres y podía decir algo importantes. Recalcó que el reto era lograr escribir cosas importantes, como aforismos o algo tan poderoso como la poesía japonesa haikú.
Margo Glantz siente que nació para ser tuitera, que ella ya lo era desde siempre.
«Siempre fui tuitera. Mis textos no funcionaban con las categorías de las editoriales, por eso no pude publicar hasta los 47 años. Yo voy juntando los fragmentos a la manera que se produce un mosaico que ensamblando y va tomando una forma inteligible”.
Maestra en Letras Ingleses, doctora en Letras Hispánicas, profesora emérita de la UNAM, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua y docente apasionada del oficio de la enseñanza a los jóvenes, Glantz reconoce que interactuar con jóvenes evita que envejezca en ideas.
En esta charla, Glantz habló de sus libros, su pasión por la obra de Sor Juana Inés de la Cruz y cómo investigarla la llevó a convertirse en una gran sorjuanista; charló sobre otra mujer que ha marcado su obra, que es La Malinche, y sobre cómo las redes sociales condicionan a los usuarios a no discernir sobre lo que es importante.
La ganadora del Premio Sor Juana Inés de la Cruz de 2003 en la FIL, contó sus motivaciones en la creación literaria y respondió a las preguntas de varios jóvenes asistentes en el auditorio.
«En el grupo de alumnos todos tienen ojos nuevos de ver la realidad. Los jóvenes me enfrentan a cosas que ya no puede vivir».