Este domingo 31 de enero de 2021 partió Erich Coufal Kieswetter a los 94 años.
Fue uno de los arquitectos más reconocidos en Jalisco, por la creación de grandes edificios que son hitos del movimiento moderno tapatío, durante la segunda mitad del siglo XX.
Nació el 11 de mayo de 1926, en Viena, Austria; estudió en la Universidad Técnica de Viena y decidió establecerse en Guadalajara, a partir de 1950.
Esto, cuando el arquitecto Ignacio Díaz Morales lo invitó a él, como parte de un grupo de creadores europeos, para dar clases en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Guadalajara.
En dicha institución, que hoy es el Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD), Coufal dio clases de dibujo y composición a varias generaciones de arquitectos, hasta 1964.
Quizá nunca se imaginó que su estancia en México se convertiría en una travesía para la creación de edificios que nunca antes se habían visto en la ciudad.
Pues Coufal entretejió la arquitectura con el trabajo artesanal en cada una de sus obras.
Algunos de sus proyectos fueron La Casa de la Artesanía Jalisciense (en el Núcleo Agua Azul), el Edificio Circunvalación (Circunvalación Álvarez del Castillo 1210), el Banco Industrial de Jalisco (Libertad y avenida 16 de Septiembre); así como el edificio de Chapultepec y Avenida la Paz, entre otras.
La plástica, su marca personal
Las celosías son uno de los sellos característicos de las obras de Coufal, mismas que dejó impresas en las fachadas de muchas de sus creaciones en Guadalajara.
Estas capas piedra son protectoras “son una analogía del textil que da abrigo al hombre”.
“En el interior, las celosías dispersan y difunden la luz para formar otra textura“, explica Claudia Rueda Velázquez, en el libro Una mirada a la modernidad arquitectónica en Guadalajara.
En dicha publicación ella detalla que entre muchas cosas, la fascinación que tuvo por los textiles mexicanos logró una fusión de sus saberes europeos con el aprovechamiento de materiales de la región.
Para Rebecca López Vera, arquitecta por el ITESO y maestra en Conservación y Restauración de sitios y monumentos, en la obra del autriaco hay una relación íntima con otras artes visuales.
“Son celosías de materiales cementantes que utiliza mucho en sus obras. Hay otros arquitectos que hacen algo similar, pero Coufal tenía mucha participación de artistas plásticos escultores dentro de su obra“.
“Él hacía un binomio de que el arquitectura debía tener una relación con el tema plástico”.
Esto se muestra en el relieve escultórico El sol, del artista Carlos Mérida. Se trata de un obra sobre relieve rellena de mosaicos rojos y azules, que luce en la fachada la Casa de la Artesanías.
Para Rebecca López Vera, la obra de Erich Coufal se aloja más en el ala de la arquitectura brutalista y plástico, dentro del movimiento Moderno en Guadalajara.
“Él nos deja esa síntesis arquitectónica que hace con muchos elementos, esa tradición y cuestiones nuevas, que parten de un discurso modernista que viene de otra parte”.
“Nos deja esa plástica tan característica, que de alguna manera puede hablar de una especie de brutalismo. Él crea una arquitectura muy sencilla a simple vista, pero al mismo tiempo muy compleja“.
Icónicas construcciones
La aportación de Coufal es haber dejado edificios que son muy relevantes en el paisaje urbano tapatío, y aunque también creó obras para la iniciativa privada, también logró espacios muy interesantes para la sociedad en general.
Uno de estos es el antiguo Banco Industrial de Jalisco, que hoy es una de las sedes de la Fiscalía del Estado de Jalisco, misma que culminó su construcción en 1963.
Una de las más notables características de este inmueble es la majestuosa bóveda semiesférica perforada con claraboyas que proveen de luz natural al espacio interior.
“Es la muestra cabal de la minuciosidad con la que Coufal definía tanto el concepto espacial, como el detalle de sus obras”, explica la arquitecta Mónica del Arenal, en el libro Guía de arquitectura de Guadalajara.
Para Rebecca López Vera, el primer acercamiento a fondo con la obra de este arquitecto fue cuando pudo ingresar a este edificio, cuyo acceso está restringido por policías estatales.
Ella recuerda que al realizar una tarea fue a tomar fotos al espacio, pero que de inmediato la increparon elementos de seguridad, quienes le quitaron su cámara.
“Yo era una estudiante de 20 años y fui con mi cámara. Les pedí perdón y les dije que era parte de una tarea y que el edificio lo construyó un arquitecto famoso”.
“No sé cómo le hice, pero tras esa situación conseguí un montón de cartas en el ITESO y nos dejaron ingresar; eso es muy difícil, porque de hecho muy poca gente lo conoce por dentro. Así mis compañeros y yo logramos ingresar e incluso tomar fotos”.
Explicó que se trata de dos edificios, el más bajo y el principal cuenta con una loza con diseños que arman como una armadura triangular muy grande, con la cúpula en medio, como protagonista.
Un espacio digno para el teatro
Al caminar por la Zona del Parque Agua Azul, se puede apreciar el magnífico Teatro Experimental de Jalisco, finalizado en 1960 por el austriaco.
Este innovador espacio para las artes escénicas está alineado sobre la Calzada Independencia y coexiste con los árboles del Parque Agua Azul.
Según Efraín Franco, académico del CUAAD sede Artes, se trata del primer espacio arquitectónico creado en función de las necesidades del teatro contemporáneo.
En entrevista para el programa Polifónica, de Radio UdeG, Franco describió que los antiguos teatros, como el Degollado, fueron diseñados para óperas.
Aquí se construyeron al interior un área administrativa, camerinos, salón de ensayos, otro de entrevistas y se logró la adecuada isóptica, acústica y aislamiento lumínico de un teatro.
El ingreso del Teatro Experimental de Jalisco tiene amplia escalinata horizontal.
También cuenta con una explanada que erige la escultura monumental La comedia y la tragedia, de Oliver Seguin.
Esta gran escultura es comúnmente conocida por la gente como “Las campamochas” evidencia el binomio arte plástico-arquitectura de los proyectos de Coufal.
En Guía de arquitectura de Guadalajara, Mónica del Arenal detalla que para su construcción se utilizó mármol de Juchitlán, cantera roja de San Miguel de Allende, piedra braza y cantera gris.
En el entorno de La Minerva
Frente a la Glorieta de la Minerva se levanta otro espacio icónico de Coufal, la Torre Moragrega, también llamado Torre Minerva.
Se trata del primer edificio en la zona que cuenta con 12 pisos. Fue creado en 1961, pero ahora el entorno cuenta con un par de edificios más.
Lo construyó en colaboración con Gonzalo Villa Chávez y Marco Aldac, por encargo del empresario Miguel Moragrega Baquer.
En cuanto a lo vertical, “la fachada se integra por una herrería continua de aluminio estructural, de arriba a abajo, que confina los balcones y las habitaciones a paño”.
“El sentido horizontal, la fachada se integra por medio de antepechos en secciones de placa de mármol”, detalla Mónica del Arenal.
Fotografías: Archivo Coufal, Xavier Iturbide, Momo GDL, Abraham Aréchiga e Iván Serrano Jauregui