Previo a Semana Santa, en algunas casas del Área Metropolitana de Guadalajara (AMG) sobrevive una tradición colonial que remite a los dolores que María padeció previo a la muerte de su hijo Jesús, según la liturgia católica.
Se trata de los altares de Dolores, una manifestación que cobró importancia en la cultura comunitaria de los barrios en todo México y que data de la época colonial.
Los significados y orígenes de los elementos que integran el altar: la utilización de papel de china morado, aguas frescas de limón o jamaica, espejos, naranjas agrias con banderillas de papel encajadas, alrededor de una imagen de la Virgen de Dolores, se explicarán por especialistas.
Esto, durante la charla virtual “Altar de Dolores. Santa Anita 2021”, organizada por el Departamento de Teorías e Historia del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD) y el Departamento de Filosofía, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), de la UdeG.
La cita de la trasmisión es el viernes 26 de marzo, a las 18:00 horas, vía Facebook del Semanario de Cultura Mexicana en Guadalajara, y el Facebook de Santuario Arquidiocesano de Nuestra Señora de Guadalupe.
Se contará con la participarán académicos como el maestro Sergio Sandoval Antunez, el historiador Daniel López Hernández y el arquitecto José Alfedo Alcantar Gutiérrez; así como presentaciones artísticas como las del Ensamble Aulos Camerata, la Poderosa Banda Sinfónica UdeG, que está a cargo del maestro Tomás Alemany, y el Romancero de la Vía Dolorosa, por el actor Fanco Méndez .
Una de las ponentes es Aurora Alcántar Gutiérrez, cronista de la comunidad de Santa Anita, en Tlaquepaque, quien explica cómo se vivía esta tradición en la capital de Jalisco.
“Los aires propicios de la Cuaresma hacían que se movieran las cortinas o el papel de china de los altares, lo que hacía que estuvieran en contacto con el fuego de las lámparas de petróleo o las veladoras y provocaba incendios; por eso se le llamaban los ‘incendios de Dolores’, nombre característico en que se conoce”, explicó.
Otra de las actividades del rito era regalar agua de limón con chía o de jamaica, que representan las lágrimas de María.
“¿Aquí ya lloró la Virgen?”, era la pregunta que los tapatíos hacían en cada casa de los barrios donde se montaban los altares, que se instalan durante el viernes previo al Domingo de Ramos.
Si la respuesta era sí, entonces el caminante recibía un vaso de agua fresca por parte del anfitrión del hogar, no sin antes haber rezado un rosario.
“Es una tradición que a nivel nacional se hace en muchos lugares, pero sí tuvo mucho auge entre las familias”, que cuando empezaba a anochecer iban de un altar a otro guiados por las luces de las velas a través de puertas y ventanas.
La cronista explicó que la tradición en Guadalajara entró en desuso a partir de las décadas de los 70 y 80, pero que ha resistido y quizá tenga un impulso tras la pandemia.
Algunos barrios que continúan con la tradición es: Analco, en Guadalajara y Santa Anita, en Tlaquepaque, pero también se continúa al interior de museos que buscan reconocer y difundir tradición de los altares de Dolores.
Para conocer más sobre el simbolismo del altar y el contexto histórico de la tradición, la especialista invita a no perderse la transmisión vía Facebook Live, el viernes 26 de marzo, a las 18:00 horas.
Atentamente
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Guadalajara, Jalisco, 24 de marzo de 2021
Texto: Iván Serrano Jauregui
Fotografía: Cortesía Iván Serrano Jauregui