Un monumento de cantera de 14 metros de altura anuncia el ingreso a la cabecera municipal de Degollado, Jalisco.
De la tierra roja, entre platas de agave, se levanta La Espiga de los Suspiros, obra del afamado artista y diseñador catalán Vicente Rojo Almazán.
Fue el 23 de febrero de 2007 cuando se inauguró esta obra de arte, en presencia del autor y autoridades culturales de Jalisco y la Ciudad de México, quienes no quisieron perderse de tal momento.
Según un texto cronicado de la página de Facebook Degollado Histórico, Vicente Rojo y su esposa Bárbara emprendieron un viaje en auto desde la capital del país hasta este municipio de la Región Ciénega de Jalisco.
“A insistencias del ayuntamiento en mandarle un auto con chofer para traerlo, él se negó y quiso conducir”.
“Sin embargo por la gran cantidad de horas, en su plan estaba hacer escala y dormir en la ciudad de Querétaro”, se narra en una publicación.
“A la mañana siguiente toman carretera rumbo a La Piedad, Michoacán, para llegar al recientemente inaugurado Hotel Holiday Inn”.

El personal de la Casa de Cultura Manuel Arellano H., encabezados por el maestro Rafael López Castro, lo recibieron en la ciudad michoacana.
Una gran bienvenida para Vicente Rojo
Se dice que esa noche se ofreció una gran cena en una de las casas más antiguas y bellas de Degollado, La Casa de los Navarro, propiedad de la señora Lupita Méndez, quien amablemente la ofreció para recibir a Vicente Rojo.
El día 24 de febrero a las 12 del día, en solemne sesión de cabildo se le nombró “Hijo adoptivo de Degollado”, otorgándole dicho nombramiento el presidente municipal en turno Juan José Serrato.
Tras recibirlo, Vicente Rojo dijo unas palabras quebrándosele la voz y se dice que escurrió algunas lágrimas de agradecimiento.

Hacia las 14:00 horas de ese día toda la comitiva se trasladó hacia el sur de Degollado para la develación de la escultura.
Al ver La espiga de los Suspiros, Vicente Rojo se dijo sorprendido por la perfección de la obra, y al preguntar por el nombre del artesano que la había elaborado se le dijo que había sido Javier Méndez “El huevo”.
“A partir de ese momento preguntaba a manera de broma y cierta jocosidad sobre el apodo de Javier Méndez, siempre sonriendo”, dice el texto.
En la develación estuvieron el arquitecto Salvador de Alba, el diseñador gráfico Felipe Covarrubias, Juan Pablo Rulfo y la hija de Vicente Rojo, Alba Rojo.
Luego hubo una comida para cerca de 150 invitados en la Hacienda de Huascato, donde un grupo de mariachis amenizo el evento.
Luego Vicente Rojo retornó en coche a la Ciudad de México, con escala para pernoctar en Querétaro.