Son muchos los motivos que llevan a una persona a quitarse la vida. Y para hacer frente a los pensamientos que orillan a ese acto, el estoicismo es una herramienta que puede ayudar a disminuir el sufrimiento de forma objetiva y racional.
El estoicismo es una corriente filosófica practicada y promovida por las culturas griega y romana que aportan mucho a fortalecer las ideas y vivir plenamente frente a las adversidades.
A propósito del Día Mundial para la Prevención del Suicidio –que se conmemora este 10 de septiembre–, la Unidad de Orientación Educativa y Tutorías del Centro Universitario de Tonalá (CUTonalá) de la UdeG realizó el webinar “Prevención del suicidio, una perspectiva desde el estoicismo”.
Ahí, el psicólogo Christian Eduardo González Vázquez, egresado del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), explicó que el estoicismo conduce a “mantenernos firmes ante la adversidad”, pues es una corriente filosófica preocupada por la felicidad en términos reales, “la felicidad con los pies en la tierra”, no la rosa y romántica que se ve en el mercado.
“Los motivos por los que alguien se suicida son rupturas amorosas (60 por ciento de la terapia psicológica tiene que ver con eso), adversidades laborales, amenazas y amedrentamientos”, añadió.
“También la muerte de seres queridos (desde mascotas, personas imaginarias, relaciones, familiares), enfermedad, el no tener ciertas propiedades materiales (la casa, el auto de los sueños)”, detalló el psicólogo.
Y aunque ese sufrimiento siempre es válido, se debe de comprender que al ser humano “lo que le afecta no son las cosas, sino lo que piensa de las cosas”, como afirma el filósofo griego Epícteto.
Entonces, el estoicismo apela a priorizar la realidad y no a la interpretación a partir de la premisa de que “uno no controla nada más que su propio mundo interior. Sólo se controla los pensamientos, interpretaciones y acciones”, dicen los pensadores estoicos.
“No tenemos el control de la opinión pública: puedes ser beato o pecador e igual van a hablar de ti; esto puede provocar sufrimiento. Tampoco se puede controlar el clima, la banca, las miradas, el reconocimiento, la aceptación”, entre otras, detalló González Vázquez.
Remitió al filósofo Aristóteles sobre lo que conforma a una persona: “Lo que soy”, “lo que tengo” y “lo que represento”; a este último es a lo que menos habría que ponerle atención, pues depende de la idea que los demás tienen de uno mismo.
Añadió que otro de los factores del suicidio es la romantización que se ha dictado acerca de las vidas perfectas; y al no tener pareja, la casa, el estatus o algo que se añora uno se llena de ideas negativas que detrimentan el valor hacia sí mismo.
Sobre eso, recordó que dicho romanticismo no es más que narrativas de cómo se presumen las vidas, que recaen en algo meramente subjetivo y no objetivo.
Acerca de dicha idea, remitió a la frase del filósofo Arthur Schopenhauer: “Lo que se envidia no es el bien del otro, sino la creatividad con que narra sus bienes”.
Recalcó que una persona suicida ve con cierto pesimismo algún contexto de su vida, mientras que otra persona lo podría ver y contar de una forma distinta.
González Vázquez ejemplificó cómo alguien podría lamentarse de estar en una cocina fría comiendo migajas, mientras otra persona lo vería como un bocadillo de un pan que sobró y se toma un café para quitarse el frío; de nuevo, dijo, todo parte de la narrativa.
Algunos ejercicios contra el suicidio
Durante el webinar, el psicólogo recomendó varias actividades para fortalecer la mente y alejarse de pensamientos suicidas.
Uno de éstos es llevar un diario que permite analizar y desprenderse del estrés del día a día. “La técnica del diario ayuda mucho a prevenir el suicidio. El emperador y pensador estoico Marco Aurelio escribía las cosas agradables, desagradables y lo que quería hacer diferente de su día”, rememoró.
“Si hacemos el diario con esas preguntas descargamos estrés y sufrimiento que evita la condición suicida”, subrayó.
Otras son visualizar adversidades y cómo se respondería ante éstas. “Eso nos hace más resistentes. Visualiza qué harías si sucede un temblor, un incendio, el rompimiento con tu pareja, una muerte; si lo haces y luego sucede estarás preparado ya”.
Los estoicos también proponen someterse a las incomodidades en la rutina diaria, incrementar tiempos, fortalecer habilidades, adaptarse a contextos difíciles; poner a prueba las condiciones físicas ayuda a fortalecer la mente.
“Hacer esto nos ayuda a ser más resistentes ante la adversidad; además, si los consideramos como retos lo vemos superado y adquirimos mayor autoconfianza”.
De igual forma recomendó practicar artes marciales, ser espirituales, indagar en las conexiones inmateriales, aprender a disfrutar la soledad en libertad, ayudar al prójimo o tener una causa social y buscar momentos de placer cada que se pueda.
“La vida ascética es dejar de desear las cosas, siempre tener preferencias en lugar de exigencias, y tener una vida sin apegos”, manifestó González Vázquez.
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Guadalajara, Jalisco, 10 de septiembre de 2021
Texto: Iván Serrano Jauregui
Fotografía: Coordinación General de Comunicación Social UdeG