GUADALAJARA, JALISCO (11/MAY/2014).- Hay quien dice que existen los hipsters de clóset, hay quienes se sienten en la delgada línea de la hipstermanía, pero hasta que alguien no se asuma como tal, serán un mito urbano que sólo existe ante los ojos de quienes los ven.
Aunque ser hipster es una identificación que implica el gusto por el medio ambiente, la consciencia ecológica, el apoyo a la bicicleta como medio de transporte, comer alimentos orgánicos, tomar mezcal, vestir a la moda, tener y saber sobre la última tecnología, ser inteligente y creativo, ¿por qué nadie quiere ser hipster?
Es un modo de vida que está a la vista y se percibe en las calles de Guadalajara, pero las personas que podrían ser consideradas dentro de este estereotipo no se asumen como tales. Ricardo Garza Lau, autor del libro Hipsteria (Planeta, 2014) y ex editor web de la revista Gatopardo, explica que nadie se quiere asumir hipster porque se ve como una moda muy ridícula, “pero se dejan el bigotito y se lo enchinan como Dalí. No asumirse es una contradicción. Además, el término es muy ambiguo porque abarca demasiadas cosas. Mientras más odies y reniegues de los hipsters, más hipster eres”.
Confiesa que se considera un poco parte de la tendencia, “sobre todo por el contexto y la generación a la que pertenezco, hago muchas cosas que años después me doy cuenta que son muy hipsters, irme en bicicleta al trabajo, que está muy lejos, o tomarme una cerveza artesanal en vez de tomarme una cerveza normal. Después te das cuenta que hay mucha gente que lo hace. Y hay mucha parte de moda y pose con la que no me siento identificado. Definitivamente hay una parte de mí que es hipster”.
Cuenta que para escribir el libro que salió en 11 meses y con el que buscó hacer una crónica generacional del momento que se da entre ciudades grandes de México como Guadalajara, Distrito Federal y Tijuana, se inspiró en tres amigos particulares. Cuando empezó a trabajar en Gatopardo se mudó a la colonia Escandón, que era la zona de moda y empezó a juntarse con gente que tenía ese perfil. Cuenta: “Me sorprendió cómo vivían en un micro mundo y en una esfera muy pequeña que para ellos era el mundo entero, su círculo pequeño era el centro del universo, y eso aunado a las redes sociales”.
Sal Thompson, el personaje central del libro, es lo que se consideraría el modelo de hipster, si es que existe uno. “Ese Sal puede ser muchos de nuestros amigos y la idea del libro era mostrar cómo había sido la infancia y la adolescencia de cualquier persona que haya nacido en los 80, en una gran ciudad”.
El autor, que está llegando a los 30 años, siente su presencia en esta parte del volverse adulto con un pasado común a muchas personas, cuenta que en su niñez jugaba Nintendo, veía los Simpson y “no había mucho más. No existía internet”.
El personaje de Hipsteria es un hipster modelo al que le gusta restaurar cosas viejas, que se emociona si le dan 80 favoritos a un tweet o alguien cuyo iPhone es uno de los elementos más importantes. Un personaje que siente más amor por sus gatos que por su familia, que viaja mucho a Nueva York para comprar cosas y ahorra nada, que recorre grandes distancias en bicicleta para no contaminar y que toma cerveza artesanal para apoyar al pequeño productor mexicano.
En palabras de Garza Lau “el hipster es una persona que se preocupa por lo que va a hacer al rato, nunca piensa a largo plazo. No se plantea tener una familia y hay un tema sexual con el personaje, es asexuado entonces eso no es lo principal”.
El autor califica a este grupo de personas como ávidos de una necesidad primitiva de ser aceptados y admirados, en la constante búsqueda de pertenencia, “buscan que haya gente alrededor aplaudiéndoles. En la novela el personaje se plantea que por qué va a salir a la calle a conocer gente si tiene las redes sociales, en donde hay gente con la que siente más empatía”.
La tendencia
Garza Lau, que se ha metido de lleno en este mundo del que se siente parte hasta cierto punto, dice que en el fondo es un perfil de la clase media-media. “Para alguien de clase alta lo importante tal vez sea ir al antro de moda, y nunca sería algo aspiracional irse a la universidad en bicicleta”.
Considera además que es una tendencia y que pasará, porque siente que gran parte del discurso es la moda y que es muy fácil alinearse a ella. Cuando indago acerca del rasgo intelectual y pregunto si es requisito la inteligencia, Garza Lau responde que es muy fácil repetir un discurso, “hablar de los mismos cineastas o libros. Conozco a muchos hipster que no son brillantes, por ahí les falta la parte del humor irónico e inteligente, pero alinearse no es muy complicado”.
Aunque el autor re conoce que se inspiró en su generación para hablar del perfil, dice que está en un momento de expansión, “pero creo que va a acabarse y va a terminar sustituyéndose con otra moda, como todas las subculturas en todas las épocas”.
Entonces, si nadie se asume hipster, ¿es sólo una manera que tiene un grupo de personas para encasillar a otro grupo de personas o existe un clóset lleno de bigotes enchinados y bicicletas listas para salvar al mundo?
Les dicen Hipsters
@ivanBien
“Llamar a alguien hipster es una forma sencilla de estereotipar a las personas a las que no les gusta lo que es convencional, a los que prefieren la música indie, folk, o sonidos más experimentales que la música pop comercial, grupera, banda o reggaetón; a los que prefieren analizar los contenidos de los temas o a los que les gusta ser creativos —intencionalmente o no— con la forma de vestir. No me considero hipster porque, aunque sí me identifico con lo inusual, también sigo convencionalismos”.
@JoaquInformal
“Dicen que negar que eres hipster es el primer paso para que seas reconocido como tal, aunque eso se me hace bastante tonto. El término nunca lo he tenido claro, creo que está lleno de prejuicios. Algunos te llaman ‘moderno’ o ‘hipster’ por vestir una prenda en particular, escuchar a tal banda o estar de acuerdo en un tema. Considero que no soy un hipster por esos mismos motivos, siempre me han etiquetado en esa ‘tribu’ por cosas demasiado superficiales”.
@_RubenGil_
“No me considero hipster porque me imagino que responde a una ideología o a ciertos intereses que yo desconozco, simplemente no me interesa nada relacionado con grupos sociales. La sociedad se ha encargado de clasificar a las personas por su apariencia sin siquiera saber de qué hablan. Todo mundo te puede decir que eres hipster, pero no saben en verdad qué es eso. Ya no puedes ser miope porque si usas lentes eres hipster (ríe). Puedo ser estereotipado como tal quizás, pero formar parte es distinto”.
SABER MÁS
La mentada palabra
El término “hipster” proviene de Portland, Oregon, Estados Unidos. La palabra nació a partir del nombre que los músicos de jazz les daban a los conocedores de música afroamericana. Primero los llamaban “hip”, luego “hepcast” y luego devino en la palabra “hipster”.
TOMA NOTA
El libro
Ricardo Garza Lau presentará Hipsteria el próximo sábado 17 de mayo, a las 18:00 horas, en el Salón Pedro Loza, en el marco de la Feria Municipa del Libro y la Cultura, en Guadalajara.