Para dar más sabor al menudo, consomés, carnes y ensaladas, el orégano es una especia elemental en la cocina mexicana. Esta planta, además de ser consumida por su sabor, es utilizada en la industria farmacéutica para extraer sus propiedades medicinales; por ese motivo, investigadores del Centro Universitario de la Ciénega (CUCiénega), han estudiado los compuestos que le dan características curativas a este vegetal.
La responsable del Laboratorio de Biología Molecular Vegetal de este plantel, Araceli Rodríguez Sahagún, ha encabezado investigaciones para identificar cómo el orégano mexicano (Lippia graveolens) produce dos metabolitos: el timol y el carvacrol, que dan a la planta propiedades antimicrobianas, antimicóticas, antitumorales y antinflamatorias.
“Estamos trabajando en las rutas metabólicas —procesos naturales del orégano— que producen estos dos compuestos. Una vez que identificamos los genes de estas rutas, hacemos pruebas mediante biología molecular, que nos permitirán tener mayor cantidad de timol y carvacrol en el aceite esencial”, explicó la investigadora.
Al lograr que la planta genere mayores índices de timol y carvacrol existe un beneficio económico para los productores, pues las farmacéuticas compran este insumo porque es la materia prima de varios medicamentos. “Hasta ahora quienes compran el aceite piden un background para conocer los índices de los compuestos que tienen los aceites”.
Al respecto aclaró: “No estamos haciendo transgénesis. Solo trabajamos con el propio metabolismo de la planta: buscamos hacerlo más eficiente para que, en su propia ruta, la planta produzca más de estos dos compuestos mayoritarios. Sería la misma cantidad de aceite, pero la presencia de timol y carvacrol será más alto”.
En 2010, Rodríguez Sahagún fue tutora de una tesis que estableció un protocolo para evidenciar la propiedad antimicótica, antinflamatoria y antibacteriana del orégano, misma que tuvo resultados que afianzan lo preciado del orégano.
“Hicimos pruebas con una gama de hongos en los cuales identificamos que se inhibe su crecimiento en presencia del aceite, así como de bacterias que comúnmente contaminan alimentos. Por eso no sólo se usa en la industria médica y cosmetológica, sino en la cocina y en la conservación de productos cárnicos”.
El orégano abunda en el Norte de Jalisco
Pese a que el orégano europeo (Origanum vulgare) es más consumido en México, en Colotlán, Jalisco, y varias zonas de Zacatecas abunda el orégano mexicano (Lippia graveolens), que según Rodríguez Sahagún es un buen competidor con la especie extranjera, aunque sean de familias diferentes. Señala que existe un riesgo por la abundancia del vegetal en esta región.
“Lo primero que detectamos es que tiene un bajo índice de germinación. El producto es silvestre y en Colotlán es un recurso muy explotado, porque ahí abunda, pero no hemos encontrado quien lo cultive comercialmente en la zona, lo que hace susceptible que se degrade la especie en su hábitat.
“Lo que hicimos fue generar un sistema de propagación en el que no requerimos que las semillas germinen. Este sistema fue por organogénesis, que son sistemas de regeneración muy rutinarios en un laboratorio de cultivo de tejidos. Este estudio fue publicado en 2013”.
Porque la Lippia graveolens es una planta endémica adaptada a los suelos semiáridos, no necesita de grandes cantidades de fertilizantes y agua.
La investigadora aseguró que junto a su equipo sigue estudiando la relación que hay entre la generación del timol y carvacrol y la poca agua que la planta recibe, pues “hay reportes de que el orégano produce más metabolitos cuando crece en escasez de agua”.
La especialista espera que a final de este año los resultados de estas investigaciones sean dados a conocer y que logren ser referencia en la optimización de la producción de los compuestos que dan propiedades medicinales al orégano mexicano.
Fotografía: David Valdovinos