Mientras que en el lado norte del Lago de Chapala las albercas, spas y negocios son comunes, en el lado poniente (entre Jamay y el municipio michoacano de Cojumatlán de Régules) abundan las tierras agrícolas, en tanto que en el noreste crece el desarrollo urbano y la presencia de fábricas.
Esta diversificación del uso de suelo en los diez municipios que rodean el cuerpo de agua promueve el desarrollo económico de cada localidad; sin embargo, las acciones de conservación y preservación del lago no avanzan a la par, así lo afirma la doctora Adriana Hernández García, profesora investigadora del Centro Universitario de la Ciénega (CUCiénega).
“La protección de Chapala, desde los distintos órdenes, es controversial y no tan clara, pues no se sabe qué tan contaminado se encuentra el lago en cada municipio. Los planes de ordenamiento y de desarrollo estatal y federal proponen una transformación económica, aunque la protección de sus aguas no es tan clara”, explicó.
Esta diversidad de usos de suelo fue estudiada en el proyecto “Dinámicas socio-territoriales y agua en la subcuenca de Chapala, Michoacán y Jalisco. Estudio para la gobernanza y sustentabilidad del agua”, encabezado por académicos de la Universidad de Guadalajara (UdeG), la UNAM, la Universidad de la Ciénega del Estado de Michoacán de Ocampo y otras instituciones michoacanas, para conocer la relación entre los habitantes de las localidades con las inmediaciones del Lago de Chapala.
La finalidad de este trabajo interinstitucional, explicó Hernández García, es conocer las nuevas dinámicas sociales de las poblaciones con respecto a su entorno, ya que éstas se están transformando en sus usos de suelo.
“En el lado de los municipios de Jocotepec y Chapala encontramos un nuevo uso de suelo que se está extendiendo, que es el turismo residencial; una población extranjera va creciendo. En Jocotepec y Tizapán el Alto crecen las actividades agroindustriales de las berries”, compartió.
Describió que en los tres municipios de Michoacán que colindan con el lago se está extendiendo la zona agrícola.
“En la zona del malecón de Jamay se ha reemplazado la playa por el uso agrícola, comercial y turístico”, subrayó.
Mientras tanto, en Ocotlán crecen los usos agroindustriales, que se evidencia con la presencia de la franja de forrajeras.
“También hay propuestas, tanto en este municipio como en Poncitlán, de ampliar la zona habitacional y la turística a partir del ordenamiento territorial que se propone en la Zona Metropolitana de Ocotlán (conformada por Poncitlán y Jamay)”, destacó.
Esta investigación, realizada por el CUCiénega y la Unidad Académica de Estudios Regionales de la UNAM, contempla la realización de conversatorios para explicar a detalle a los actores sociales el diagnóstico del trabajo que se ha efectuado en los últimos tres años.
El próximo encuentro se realizará el martes 5 de septiembre en la Casa de Cultura de Ocotlán, a las 19:00 horas. Hernández García aseguró que es importante que quienes a diario viven los entornos de Chapala, tantos los ciudadanos como las autoridades, deben de conocer cuáles son las nuevas relaciones socio-territoriales de la región.
Este proyecto de investigación se realizó entre 2015 y 2017, y se tuvo la colaboración de estudiantes de las carreras de Periodismo, Derecho y Psicología del CUCiénega, así como jóvenes de las otras universidades.
“Quisimos que los nuevos profesionistas conocieran la investigación aplicada y que ellos mismos propusieran alternativas a las situaciones que ocurren. Algunos de estos jóvenes realizaron sus tesis de licenciatura a partir de estos estudios”, dijo Hernández García.
La académica del CUCiénega añadió que los resultados de la cuenca de Chapala serán compartidos con Waterlat Gobacit, una reconocida red de docencia e investigación transdisciplinaria sobre políticas y gestión del agua en cuencas de Latinoamérica y el Caribe, para que se conozca la transformación socio-ambiental del lago más grande de México.
A T E N T A M E N T E
«Piensa y Trabaja»
Guadalajara, Jal., 3 de septiembre de 2017
Texto: Iván Serrano Jauregui
Fotografía: Mariana Hernández León